Washington, 14 de julio de
2012
En contraposición a la unión simbiótica, el amor maduro es ser-uno bajo
la condición de conservar la propia integridad e independencia y, por ello,
también la propia individualidad. El amor del hombre es una fuerza activa que
derriba los muros por los que el hombre está separado de sus prójimos, y que
los une con los otros. El amor le permite superar el sentimiento de aislamiento
y separación, pero le permite también permanecer fiel a sí mismo y conservar su
integridad, su ser-así. En el amor se da la paradoja de que dos seres llegan a
ser uno y, sin embargo, siguen siendo dos... El amor es una actividad, y no un
afecto pasivo. Se puede describir, de una forma muy general, con la afirmación
de que el amor es, sobre todo, un dar y no un recibir.
Erich Fromm
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Amor, magia y circo, Bogotá Oct 2010 |
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