Como si fueras un cuento



Washington, 30 de octubre de 2013

Ayer hablé de ti.

De lo importante que habías sido en mi vida, de los años ya de cuenta perdida que hace que no te veo. De nuestro principio, de nuestra trama, de nuestro anunciado fin.
Hablé, incluso, de nuestro primer beso. Y hasta, mientras bebía un Ribera,  hablé de ese vino que jamás llegamos a compartir. De lo feliz que me sentí sintiéndote, con otra mujer, feliz.

Ayer te dibujé en el aire, con palabras que volaban desde mi boca, por mi cocina, hacia la otra copa. Y que al llegar al cristal, sin tocarlo, trazaban en el líquido ondas idénticas a las que provocaste aquel atardecer de verano, con aquella piedra que lanzaste al río. Como los terremotos, como los trenes de mercancías que apenas avisan de que están ya aquí.

Te contaba como si fueras un cuento, y mi oyente, mi confidente, casi temblaba.  Que aprendí a vivir sin ti, pero contigo. Que nunca estás  pero que nunca estás ausente. Que me dejas guijarros, como señales, en el camino.

Que todo era locura y entendimiento, una suerte de desnudez –al principio- vestida, una timidez valiente: la muerte de las dudas y de las soledades a manos de una naturaleza asesina. Un homicidio natural del miedo.

Ayer hablé de ti y me rescaté, como si al pronunciarte yo misma y mi calma nos recordásemos quiénes somos. Y, sobre todo, hacia dónde vamos. 

Pennsylvania (EEUU)/ oct 2012

~ 1 Caminantes: ~

Anónimo
at: 24 de mayo de 2015, 5:03 dijo...

Te extraño... tanto

+

Ubicados






Claves

Los más leídos

Blog Archive

Suscribe

Mi foto
Raquel Godos
Escribo casi por necesidad aunque muchas veces nada de lo que escribo tiene sentido. Este Camino hacia Macondo es mi particular sendero hacia ninguna parte. Hacia mi lugar.
Ver todo mi perfil

Paseantes