Washington, 2 de octubre de 2012
Por fin entra la luz por las ventanas, como si se tratara de
un buen augurio, por fin las cortinas se mecen con el viento y disfruto, como
cuando era niña y visitaba Madrid, del color anaranjado de las farolas entrando
por las rendijas de las persianas durante la noche. Por fin, y no solo en
sentido figurado, vuelvo a subir cada día más y más escaleras, tal vez para
recordarme que no hay que quedarse demasiado tiempo en los descansillos -ahí
tienen el diminutivo-; y es que las escaleras se suben de frente, como
recordaba Cortázar, nada de hacerlo de espaldas ni de costado. Y tampoco a
oscuras, que se le olvidaba.
Hoy abrazo la tontería de poder tomarme un café mientras leo los periódicos al sol y en pijama, mientras la aguja araña a Pink Floyd en el vinilo. Hoy celebro este insomnio de Reyes Magos, de Cenicientas de calabaza humilde, de Aladines sin genio.
Hoy abrazo la tontería de poder tomarme un café mientras leo los periódicos al sol y en pijama, mientras la aguja araña a Pink Floyd en el vinilo. Hoy celebro este insomnio de Reyes Magos, de Cenicientas de calabaza humilde, de Aladines sin genio.
San Sebastián/ Dic 2009 |
~ 1 Caminantes: ~
at: 3 de octubre de 2012, 21:40 dijo...
Jo, ¿sabes que quiero tener su sabiduría cuando llegue a tus 80? Nada, solo eso...
Ah, y que te adoro...
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