Washington, 6 de julio de 2012
No es tan complicado resumir una vida en una noche, recordar fechas exactas, dibujar bocetos de recuerdos pasados donde lo único nítido es lo invisible. Es bueno rebuscarse de vez en cuando, recopilar titulares, mirar por encima del hombro, hacia atrás, mientras escuchas tu voz –alta- mirando a un buen oído. Es sano descubrir que se han ido los dolores, que otros aún maduran, que existen algunos miedos, nuevos, quizá... Que otros persisten. Y maravilloso es, del todo, encontrar sin querer entre todo ese caos y ese concierto un momento tan simbólico como este. Porque ese día me enamoré y no lo sabía. Como tampoco sabía hasta hoy, dos años y once meses –y mil vidas- después, que este borbotón de píxeles aguardaba en algún cajón nada secreto. Y es que es eso, solo eso. Maldito genio el guionista.
Lavapiés, Madrid, 6 ago 2009 |
~ 1 Caminantes: ~
at: 6 de julio de 2012, 11:59 dijo...
No hace mucho tiempo escribía algo así como que hay que estar atentos para ver las señales, esos símbolos que podrían habernos indicado en un momento determinado lo que acontece. Pero la Vida, ese puto y alucinante prodigio, nos deja meditar en la sorpresa y continuar el camino hasta que, de repente, un día descubres: "¡oh, me ha pasado!"
Yo soy muy de fechas, de rituales, más de una vez lo hemos comentado. Y esa foto que nos regalas de repente me ha llevado a un taxi que mezcló Lisboa con Montevideo y en el que, obviamente, mi vida cambió. Para bien.
Gracias por emocionarnos con tus relatos. Con tu Vida.
Publicar un comentario